Suéñame como a tus falos, Mismonxstristes.
"Crecí entorno a la concepción morbosa de los genitales. No se nombran, no se miran, no se tocan; parecía que existían bajo un halo de respeto, pero desde un lugar de ignorancia. Comencé a soñar con habitaciones fálicas cuando decidí explorar otras versiones de algunos escenarios..."